Javier Maltz, presidente de la Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes, sostiene al respecto que “La industria de la construcción siempre ha sido un pilar fundamental en la economía de nuestro país. En la actualidad se enfrenta a grandes desafíos que demandan soluciones creativas y estratégicas por parte de los profesionales del sector. Es importante que pensemos cómo podemos impulsar una nueva cultura constructiva que no sólo potencie los negocios, sino que también contribuya al desarrollo económico y ambiental del país. En este sentido, uno de los principales desafíos que se presentan es la necesidad de adoptar soluciones innovadoras, que reduzcan costos y permitan una mayor eficiencia, en un contexto donde los recursos económicos son limitados.
Cuando se habla de aislación térmica eficiente, podemos decir que estamos hablando de un cambio cultural. El sector de la construcción contribuye a la mayor parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y encontrar soluciones que hagan que el confort térmico sea sostenible representa un cambio de enfoque significativo que afecta la mentalidad de las personas. Aislar térmicamente una vivienda o edificio no significa sólo actuar en términos constructivos, sino intervenir activamente en su eficiencia energética, reduciendo así la demanda. Por lo tanto, la aislación térmica eficiente representa un punto de inflexión cultural en un sector como el de la construcción que lucha por abordar los problemas relacionados con la sostenibilidad ambiental y el impacto energético de la industria.
La sociedad y la industria en general se enfrentan desde hace años al reto de conservar los recursos, reducir emisiones GEI (gases de efecto invernadero) y contrarrestar el cambio climático. Especialmente el sector de la construcción, incluyendo desarrolladores, urbanistas, arquitectos, debe trabajar para ser más eficientes y reducir las emisiones sin perder productividad. La construcción de edificios y viviendas es la actividad que genera el mayor impacto en el medio ambiente e influye en el consumo de la energía; aspectos que deben cambiar urgentemente en nuestro país si se quiere cumplir la meta para el 2030. La eficiencia energética en la construcción es un aspecto fundamental para el cambio climático y obliga a aplicar estrategias que logren reducir el consumo de energías no renovables e implementar soluciones más amigables con el medio ambiente. Aproximadamente el 34% de la energía que se consume en Argentina corresponde a espacios habitables, como ser viviendas, comercios, oficinas, espacios de recreación, salud, entre otros. Esto convierte al sector de la construcción en uno de los de mayor impacto sobre el consumo de energía; pero por otro lado el que ayudaría muy eficazmente a reducir las emisiones de efecto invernadero. Se calcula que alcanzar la eficiencia energética en obras nuevas o con rehabilitación energética del parque construido existente lograría mejorar el PBI, aumentando las inversiones y el empleo y equilibrando la balanza comercial.
A modo de conclusión: si unimos esfuerzos con todos los actores del rubro para educar y concientizar, podremos lograr los cambios culturales que resultarán en obras sustentables y más eficientes”.