En la celebración de arquitectura y urbanismo que cada año invita a redescubrir la ciudad desde adentro, se sumaron el último fin de semana del 11 y 12 de octubre, más de 65 mil personas, que recorrieron 140 edificios de la ciudad, en una organización que convirtió el festival en una verdadera experiencia de cohabitar lo urbano.
CRIBA abrió las puertas de ocho de sus obras: cuatro de ellas contaron con anfitriones voluntarios -Casa de Gobierno, Huergo, Mirafiori y Madero Walk- y otras cuatro se sumaron como espacios accesibles al público -Rodrigo Bueno, Playón de Chacarita, Barrio Olímpico y la extensión del Campus de la Universidad Torcuato Di Tella-.
Un equipo de 18 colaboradores representó a la empresa durante las dos jornadas, guiando recorridos, compartiendo la historia de cada edificio y explicando los desafíos constructivos, técnicos y urbanos detrás de cada obra. Esta participación permitió un contacto directo con miles de visitantes, quienes pudieron conocer desde adentro el trabajo y la vocación que caracterizan a la constructora.
“Durante el evento, profesionales de distintas áreas: ingeniería, arquitectura, sostenibilidad, derecho y administración, asumieron el rol de anfitriones con entusiasmo, transmitiendo conocimiento técnico y una mirada integral sobre la construcción y su impacto social. El espíritu colaborativo fue clave para el éxito de la participación. La experiencia reafirmó la convicción de que construir también es generar vínculos, abrir nuestras obras, compartir conocimiento y fortalecer la conexión con la comunidad que convive a diario con cada uno de los proyectos”, comentó Paula Rodriguez, jefa de Sostenibilidad de la empresa.
La participación en este festival por parte de CRIBA se enmarca dentro de la estrategia de sostenibilidad de la compañía, específicamente en su eje social, orientado al relacionamiento con la comunidad. Las obras de la constructora muchas veces requieren paciencia y colaboración por parte de los vecinos y vecinas de la ciudad debido a los ruidos, cortes o intervenciones propias del proceso constructivo.
“Participar en Open House fue una oportunidad para devolver ese gesto, mostrando con orgullo el resultado de esas transformaciones y cómo cada proyecto contribuye al bienestar urbano y a la mejora de la calidad de vida en la ciudad”, concluyó Rodríguez.