Esta tendencia empuja a los fabricantes a innovar en productos amigables con el medioambiente sin resignar durabilidad. La industria de la construcción, históricamente asociada a un fuerte impacto ambiental, está en plena transformación. Desde la extracción de materias primas hasta la vida útil de los edificios, cada etapa genera emisiones de gases de efecto invernadero.
En los últimos años, arquitectos, desarrolladores y consumidores comenzaron a exigir soluciones que reduzcan el impacto ambiental de las obras. Certificaciones internacionales como LEED o BREEAM se convirtieron en estándares que marcan el rumbo de la industria.
Dentro de este nuevo escenario global empiezan a ganar protagonismo los materiales con balance de carbono neutral. Se trata de soluciones que no solo reducen emisiones durante su producción, sino que también compensan las emisiones residuales mediante créditos ambientales certificados.
Tanto adhesivos, morteros e impermeabilizantes diseñados bajo este concepto, “aligerados” y de alto rendimiento, diseñados para la instalación de cerámicos, porcelanatos y piedras. Gracias a su formulación liviana, menor emisión de polvo y reducción de compuestos orgánicos volátiles (COV), estos productos no solo facilitan el trabajo en obra y optimizan el transporte, sino que también incorporan materiales reciclados, mejorando la eficiencia y el cuidado del entorno. La sustentabilidad no debe ser vista como un costo, sino como una inversión
La transición hacia una construcción sustentable ya está en marcha y parece no tener vuelta atrás.