La sociedad y todos los sectores de la economía en general se enfrentan desde hace años al reto de conservar los recursos, reducir emisiones GEI (gases de efecto invernadero) y contrarrestar el cambio climático. A nivel nacional, para entender el origen de las emisiones y establecer prioridades para un plan de acción, se pueden considerar los resultados del inventario de GEI de la República Argentina elaborado en 2018-2019, que indica que las fuentes de emisiones de CO2 se distribuyen por sector e industria de la siguiente manera: residuos, 4%; procesos industriales y uso de productos, 6%, agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra, 37%; y energía, 53%, estando dentro de este último porcentaje el sector de la construcción, a lo largo de todo su ciclo de vida.
Y es en este sector, el de la construcción, incluyendo arquitectos, desarrolladores y constructores, en el que se debe trabajar para ser más eficientes y así lograr reducir las emisiones de CO2.. “Aproximadamente el 34% de la energía que se consume en Argentina corresponde a espacios habitables, como viviendas, comercios, oficinas, espacios de recreación, salud, entre otros. Y en especial en los hogares argentinos el 50% del consumo de energía es por la climatización de los ambientes. Es decir que, en promedio, la mitad de lo que cada usuario consume de energía se debe a refrigerar o calefaccionar la casa”, comenta el arquitecto. Federico García Zúñiga, consultor técnico de la Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes. “Esto convierte al sector de la construcción en uno de los de mayor impacto sobre el consumo de energía; pero por otro lado el que ayudaría muy eficazmente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Se calcula que alcanzar la eficiencia energética en obras nuevas
o con rehabilitación energética del parque edilicio existente, lograría además mejorar el PBI, aumentando las inversiones y el empleo en el sector y equilibrando la balanza comercial por una menor importación de energía”, agrega García Zúñiga.
Económicamente, la aislación térmica eficiente supone un ahorro de hasta un 35% en el consumo de un hogar y hasta un 60% en las facturas sobre la luz y el gas consumidos para climatizar un hogar. Estos aspectos ponen a la luz que el sector de la construcción en la Argentina tiene un gran trabajo por delante, con respecto a la eficiencia energética, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de las leyes vigentes no se cumplen y son las que exigen los niveles adecuados de acondicionamiento y aislación térmica eficiente. Es un sector que está desaprovechando su enorme potencial para contribuir con la reducción de emisiones, frenar el cambio climático y que se puede lograr a través de la incorporación de materiales aislantes térmicos eficientes.
LOS DATOS
Según la ONU las emisiones provenientes del funcionamiento de los edificios en el mundo alcanzaron su nivel más alto en 2019, destacando que el sector está desaprovechando su enorme potencial para frenar el cambio climático y contribuir significativamente a los objetivos del Acuerdo de París.
Por su parte el Informe de estado global 2020 sobre los Edificios y la Construcción, de la Alianza Global para los Edificios y la Construcción (GlobalABC), sostiene que si bien el consumo global de energía de los edificios se mantuvo estable de un año a otro, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía aumentaron a 9,95 gigatoneladas de CO2 en 2019. En total, el sector produjo 38% de las emisiones globales de CO2, si se consideran las emisiones de la industria de la construcción y las emisiones vinculadas a la operación de los edificios.