La concientización acerca de la reducción de la huella de carbono, el uso racional de las energías renovables y la conversión de las construcciones poco eficientes a unas más amigables con el ambiente son clave para el futuro y un desafío para los diferentes sectores involucrados, para comprometerse y lograr la emisión cero de gases de efecto invernadero en 2050.
En un mundo cada vez más poblado con urbes que siguen densificándose y que demandan la construcción de viviendas, es imperioso detenerse a re pensar el impacto de la industria de la construcción en el planeta y la importancia de incorporar en los proyectos de vivienda a la eficiencia energética tanto en nuevas edificaciones, como en las refacciones de lo ya construido.
Según un estudio realizado “IEA World Energy Stadistics and Balances” las arquitecturas diseñadas y materializadas son responsables, de al menos un 38% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Un dato que encendió la alarma de la Unión Europea, que planteó como objetivo, alcanzar hacia 2030 que los nuevos edificios generen cero emisiones y todos los existentes se transformen en cero emisiones hacia 2050; y puso en marcha “una estrategia fundamental para lograr la neutralidad climática en los próximos años” .
Existen muchas estrategias desde los sistemas constructivos, los materiales utilizados y la energía consumida para la construcción, que favorecen a la reducción de CO2 en los procesos y en el posterior uso de las viviendas, que permiten reducir agresivamente la demanda de energía en las áreas construidas. Entre las medidas a implementar está la inversión en eficiencia energética con una proporción de energía renovable en los edificios, que encamine las edificaciones hacia la neutralidad de emisiones para 2050. Esto a su vez implica el compromiso de todos los actores de la cadena de valor para aumentar hasta cinco veces las acciones de descarbonización y su impacto.
En este sentido, la correcta elección de materiales eficientes energéticamente tanto para nuevos proyectos, como para refacciones, puede generar un impacto positivo, que permita ahorrar en el consumo de energías no renovables. Es el caso de las carpinterías de PVC, que en los últimos años, y con una intensificación de uso tras la pandemia del 2020, ha crecido exponencialmente en el mercado de las carpinterías debido a sus grandes prestaciones entre las que se destacan máxima aislación termica y acústica, gran hermeticidad, baja conductibilidad y gracias al diseño multicámara de los perfiles, el sistema de cierre perimetral y el uso de doble vidriado hermético – todas, partes del sistema- pueden lograr en su conjunto una disminución de más del 50% de las pérdidas de energía producida a través de las aberturas.
Desde Tecnoperfiles, aseguran que la demanda de ventanas de PVC ha superado sus expectativas y ya no son solo prioridad en hogares residenciales, sino también en desarrollos inmobiliarios, locales y oficinas, centros médicos y refacciones en las grandes ciudades. Arquitectos y usuarios las eligen por sus grandes cualidades técnicas y tecnológicas. “En los últimos 3 años aumentamos nuestra participación de mercado un 65% y estamos constantemente invirtiendo en nueva tecnología, infraestructura y maquinaria especializada que nos permita continuar aumentando nuestra capacidad productiva, dando respuesta a la demanda creciente sin resignar calidad en el proceso y desarrollo de producto” asegura el ingeniero Alberto Stok, gerente Comercial LATAM.