En este contexto, la implementación de Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando las dinámicas empresariales. El potencial de esta tecnología para mejorar la productividad es enorme, con impactos significativos tanto en la rentabilidad y la eficiencia de las empresas, como en su capacidad para impulsar el crecimiento económico.
Un reciente estudio del MIT reveló que, en los últimos tres años, el total de empresas en Latinoamérica que sumaron esta tecnología a sus operaciones pasaron del +55% al +70%. Además, el mismo informe menciona que, cerca del 60% de las organizaciones de la región planean incrementar su inversión en proyectos de IA destinando entre el 1% y el 10% de su facturación anual a éstos. Incluso destaca que un 20%, muestra disposición para invertir aún más.
Consecuentemente, se abren un abanico de posibilidades para las empresas del sector logístico. Las tecnologías de Inteligencia Artificial toman la información surgida de los dispositivos conectados -a través de la Big Data-, y los transforman en datos útiles para ser gestionados por soluciones de Automatización Robótica de Procesos (RPA). Así se ejecutan tareas simples y repetitivas, habitualmente realizadas por los colaboradores, lo que genera oportunidades para abrazar tareas más estratégicas de valor agregado.
“Con la ayuda de la Inteligencia Artificial, podemos predecir con exactitud la demanda de bienes y servicios y generar posibles escenarios a partir de las condiciones actuales del mercado. Esto permitirá a las empresas de logística asignar recursos de manera eficiente, planificar rutas de transporte y optimizar los niveles de inventario, lo que impacta en una significativa reducción de aquellos costos operativos que son un desafío para la gestión: combustible, mano de obra y mantenimiento de vehículos”.
La implementación de soluciones de automatización en las áreas de logística y la cadena de suministro abren para las empresas un nuevo mapa de posibilidades ya que permiten trabajar con grandes volúmenes de datos, analizándolos en tiempo real y tomando decisiones que redunden en un beneficio para el negocio.
Es fundamental estar dispuestos a adaptarnos, adquirir nuevos conocimientos y habilidades para estar preparados ante los cambios que la IA traerá consigo. Su adopción estratégica permitirá a las empresas mantenerse competitivas y satisfacer las demandas de un mercado en constante cambio y evolución.