De acuerdo con el último informe de la Cámara Argentina de la Construcción, el 72% de los proyectos inmobiliarios en el país en estos últimos años incorpora elementos de construcción sustentable tanto en sus diseños como en sus desarrollos.
Según la mirada de expertos en construcción y eficiencia energética que forman parte de la Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes, la tendencia en eficiencia energética se impone a través del uso de materiales que ayudan a lograrla. “La eficiencia energética no es una opción, sino una necesidad imperante para que los profesionales y el sector de la construcción se mantengan competitivos. Gracias a materiales diseñados para abordar los desafíos energéticos, se puede mejorar tanto la sostenibilidad como la rentabilidad de un proyecto”, comenta Federico García Zúñiga, consultor técnico de Andima.
En 2025, la eficiencia energética será el pilar fundamental para el sector de la construcción, en especial para aquellos que buscan optimizar sus proyectos, reducir costos y cumplir con normativas medioambientales cada vez más estrictas.
Es así como desde la Asociación plantean un cambio de paradigma, donde el foco esté puesto en el resultado final: una vivienda que disminuya el uso de energía para climatizar el ambiente. “El concepto de vivienda ha cambiado en los últimos años. Aspectos como la climatización, calidad del aire, iluminación, accesibilidad, ergonomía, conectividad, eficiencia energética, sostenibilidad, etc., son de alguna manera novedosos y es importante que el profesional de la arquitectura acompañe este cambio, incorporando nuevas estrategias y materiales”, comenta García Zúñiga. “Está comprobado que la aislación térmica eficiente, con el uso de lana de vidrio, poliestireno expandido o poliuretano, en techos, muros y pisos, brinda muchos beneficios para avanzar en este cambio de paradigma constructivo. Contribuyen a reducir el consumo de energía y asimismo, conlleva una reducción en el gasto de los servicios energéticos para el usuario final, logrando un ahorro de hasta un 70% en las facturas de gas y luz consumido para la climatización, y un ahorro energético de hasta un 35% sobre el consumo total de un hogar; y, paralelamente, disminuye la inversión necesaria por parte del Estado en la generación y distribución de energía, debido a la reducción en el consumo residencial y la utilización de esa energía no utilizada en el desarrollo industrial”.
Para los profesionales de la construcción que apuesten por la incorporación o profundización de estos aspectos será particularmente estimulante, ya que les dará visibilidad en el sector, al diferenciarse de prácticas tradicionales. Detrás de cada proyecto de edificios sostenibles y eficientes debe haber un arquitecto que haya entendido y haya hecho entender la nueva realidad de la construcción: edificios de consumo energético casi nulo, edificios aislados térmicamente, recuperación de la energía de ventilación, etc., algo que no sería posible sin el aporte de los profesionales de arquitectura.