Una ciudad vertical en equilibrio

El arquitecto Víctor Alfonso Montañez y su estudio Studio Cumbre obtuvieron el segundo premio en el concurso Affordable Housing 2025: New York. El proyecto, ubicado en el Waterfront Park and Recreation, se destaca por una propuesta creativa y realista para el desarrollo de viviendas asequibles en una de las ciudades más complejas del mundo.
Una ciudad vertical en equilibrio

Montañez es un arquitecto jujeño cuya trayectoria se ha consolidado como una de las más destacadas de su generación en el ámbito del diseño arquitectónico y urbano a nivel internacional. Egresado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, actualmente cursa un Máster en Proyectos de Arquitectura y Urbanismo en la Europea del Atlántico, Santander, España

En 2024, se convirtió en el primer argentino en obtener el prestigioso Premio WA (World Architecture Community Award) en la categoría Arquitectura – Estudiantes Máster, durante el 47º ciclo del certamen. Su proyecto galardonado, el Centro de Interpretación Natural en la Puna Jujeña, se distinguió por su enfoque sensible hacia el entorno natural, utilizando materiales autóctonos como la piedra y priorizando la preservación de la flora y fauna locales. Este reconocimiento internacional fue celebrado en su provincia natal, donde el Concejo Deliberante de San Salvador de Jujuy le otorgó una distinción oficial por su valioso aporte al prestigio cultural y profesional de la región.

EL PROYECTO K-1A

En 2025, obtuvo el segundo premio en el concurso internacional Affordable Housing 2025: New York. El proyecto K-1A se emplaza en un sitio de enorme valor urbano y simbólico: el Waterfront Park and Recreation Center, una interfaz entre ciudad y agua que históricamente ha funcionado como punto de encuentro, esparcimiento y transición.

Una ciudad vertical en equilibrio

Desde ese lugar, K-1A plantea una relectura crítica del rascacielos neoyorquino. Más que una torre aislada, se propone como un conjunto de estructuras que actúan como una ciudad vertical, recuperando el legado conceptual de la Escuela de Chicago, donde el edificio en altura era entendido como parte de un sistema mayor, integrador, orgánico.

Una ciudad vertical en equilibrio

UN CONJUNTO DE ESTRUCTURAS

La torre principal, sobria y elegante, se acompaña de un volumen bajo de líneas ligeras y atmósfera casi desmaterializada. Esta pieza secundaria aloja funciones esenciales -mercados barriales, espacios productivos, zonas comunes, culturales y recreativas-y descompone el programa en distintos niveles de intimidad y escala, abriendo espacios intermedios que permiten una apropiación más humana y sensible.

Una ciudad vertical en equilibrio

Esta dualidad entre lo vertical y lo horizontal genera un ecosistema urbano compacto donde la vida doméstica, el ocio, el trabajo y la convivencia no se segregan, sino que se entrelazan. La torre ofrece vistas, privacidad y densidad; el basamento, vínculo, comunidad y apertura.

La inserción en el Waterfront Park no es circunstancial: el proyecto se apoya en el paisaje fluvial como recurso natural y simbólico, y articula su diseño con los recorridos existentes del parque, integrándose con respeto y aportando nuevos usos sin desplazar lo ya establecido. En este sentido, no reemplaza la ciudad, la amplifica.

UN DIÁLOGO ENTRE LO EXISTENTE Y LO NUEVO

Una idea central que articula el proyecto es que lo existente y lo nuevo deben coexistir, dialogar. No se trata de “intervenir” un lugar, sino de proponer una infraestructura que continúe su relato urbano, actualizándolo sin romperlo. La arquitectura aquí es mediadora, no invasiva; activa, no autorreferencial.

Una ciudad vertical en equilibrio

K-1A es también una respuesta al problema de la vivienda en ciudades de alta densidad como Nueva York. Pero lo hace con una mirada poética y comprometida con la vida en comunidad, alejándose de soluciones genéricas. En vez de replicar modelos verticales impersonales, propone una estructura sensible a la escala humana, donde la torre ya no es un símbolo de poder aislado, sino una plataforma de convivencia digna y diversa.

Con esta propuesta, Víctor Alfonso Montañez y Studio Cumbre no sólo reinterpretan la torre como tipología, sino que contribuyen a una visión más rica y equilibrada del futuro urbano: un hábitat compartido, donde lo arquitectónico se convierte en vehículo para imaginar nuevas formas de vivir juntos.