El lujoso complejo, diseñado por Rafael Viñoly, integra la recuperación de un edificio patrimonial con el desarrollo de arquitectura de vanguardia, destacando por un nivel de terminación excepcional, y las obras están a cargo de la constructora CRIBA.
La primera etapa del proyecto – que contempla una superficie de 54.000 m2 – se centró en la restauración del Hotel San Rafael, la construcción de un Casino, un Centro de Convenciones, un parking y el hormigonado para la construcción de una segunda torre, considerando que el complejo total tendrá tres torres de gran altura.
Actualmente, el proceso se encuentra iniciando su segunda etapa, en la que la constructora argentina ejecutará la primera torre residencial. Esta estructura alcanzará los 260 metros de altura y constará de 55 niveles, además de un helipuerto. La empresa focaliza sus esfuerzos en la fundación y estructura, para lo que ya ha completado la ejecución de más de 80 pilotes insertados en la roca, el cabezal y cuatro niveles de núcleo central.
LA TORRE MÁS ALTA DE URUGUAY
Al finalizarse esta construcción, esta será la torre más alta de Uruguay hasta que se construyan las otras dos del complejo: una de 170 metros (38 pisos) y la más ambiciosa, de 320 metros (72 pisos), la cual se convertirá en la torre más alta de Sudamérica, superando a la Gran Torre de Santiago (300 metros de altura).
“El Cipriani Ocean Resort es un proyecto sin precedentes para Punta del Este. No solo captará un público internacional que busca la máxima calidad y exclusividad, sino que la presencia de la marca Cipriani posiciona a la ciudad en un nivel completamente diferente, potenciando el valor de todo el mercado”,subrayó Juan Manuel de Notta, director de proyectos de CRIBA.
A su vez, el complejo también tiene un impacto económico significativo, generando 2.000 puestos de trabajo durante la construcción (550 en sitio) y 800 empleos permanentes una vez operativo.
Los tres edificios combinan modernidad con la elegancia tradicional, utilizando materiales de alta calidad y tecnología avanzada. En su interior, ofrecerán residencias de lujo con superficies que van desde 200m² hasta 1.600m². La torre principal también incluirá un mirador público a 300 metros de altura. Las unidades cuentan con interiores diseñados por Hassen Balut, con techos de 3,40 metros, ventanales de 9 m² y cocinas equipadas con electrodomésticos de alta gama, y revestimientos de madera y mármol importados de Italia que reflejan un estándar de terminación de altísima calidad. A su vez, el complejo ofrece 17.000m² de amenities, incluyendo spa, gimnasio, piscinas, canchas de pádel, squash y pickleball, sala de cine, biblioteca, estudios de arte y grabación, y un bowling. Los residentes también tendrán acceso a servicios exclusivos como conserjería y experiencias gastronómicas bajo la marca Cipriani.
“Construir un edificio de esta escala es un desafío profesional sumamente motivador para nuestro equipo. Por un lado, recuperar y modernizar un emblema como el Hotel San Rafael nos hace entender la trascendencia que tiene nuestro trabajo. Y por otro, es una obra que exige la excelencia absoluta en cada detalle, estableciendo un estándar de calidad muy alto”, explicó De Notta.
DESAFÍO ARQUITECTÓNICO
La magnitud del masterplan ha requerido el despliegue de un equipo multidisciplinario altamente experimentado, con más de 40 profesionales y técnicos en el sitio de obra. De Notta agregó que, “para cumplir con los rigurosos estándares de Cipriani, se conformó un equipo interno con la capacidad necesaria, complementando la red de proveedores locales con especialistas del exterior, principalmente de Italia”. Y explicó que la construcción de torres de esta altura requiere una logística vertical muy compleja. Es necesario contar con encofrados autotrepantes para el núcleo de hormigón y un montaje acelerado de la estructura metálica, que comenzará en enero de 2026. Para bombear hormigón a alturas superiores a los 200 metros se empleará un sistema de rebombeo, con una bomba fija instalada en un nivel intermedio que permita así llegar a los últimos niveles, similar a lo implementado en proyectos previos como la Torre Alvear (235 m) o el Edificio de YPF (180 m) en Buenos Aires.
La estructura de las torres combina un núcleo de hormigón armado con un sistema mixto de acero y hormigón. Este sistema mixto permite un montaje rápido, con un ritmo de construcción proyectado para completar la estructura de la torre de 55 niveles (260 m) en el primer trimestre de 2027.
Las edificaciones fueron diseñadas para resistir los fuertes vientos con un enfoque en minimizar oscilaciones y garantizar el confort; para ello, se realizaron pruebas en un túnel de viento en Australia, mientras que el diseño estructural, liderado desde Nueva York con aportes de profesionales de Argentina, Brasil, Uruguay y Australia, asegura que las aceleraciones y deformaciones estén dentro de parámetros de máximo confort.