Nace Distrito Ayres Benavídez, un nuevo estándar en la vida urbana
Distrito Ayres Benavídez es el proyecto urbano más ambicioso de Ayres Desarrollos desde la creación de Ayres Vila en Pilar. Es un distrito urbano integrado que ocupará 15 hectáreas en el corazón de Benavídez y que alcanzará, en su consolidación, aproximadamente 140.000 metros cuadrados construidos entre residencias, comercios, oficinas, servicios y espacios públicos.
Con una inversión definida en torno a US$ 200 millones para los próximos cinco años, el distrito se consolidará como una nueva centralidad estratégica de Zona Norte, capaz de albergar a más de cinco mil residentes y recibir diariamente a una cantidad similar de trabajadores, estudiantes, visitantes y consumidores.
Por su ubicación, cuenta gran accesibilidad desde la Panamericana, la Avenida Benavidez como eje troncal del distrito, y una gran arboleda que aporta identidad y calidad ambiental.
El proyecto combina innovación, sustentabilidad y calidad de vida, al servicio de quienes la habitan. Todo esto se sostiene sobre tres ejes: la sostenibilidad ambiental, con energía limpia, gestión eficiente de recursos y urbanismo resiliente; la transformación digital, donde la tecnología y los datos permiten que la ciudad sea más segura, ágil y conectada; y la calidad de vida urbana, reflejada en un distrito de usos mixtos, con residencias de alto estándar, oficinas, espacios comerciales, clubes deportivos, gimnasios, spa y colegios.
UN EQUIPO INTERDISCIPLINARIO
Para llevar adelante esta visión, se reunió un equipo interdisciplinario de primer nivel: BMA, uno de los estudios de arquitectura más prestigiosos de la región; DESPA, especialistas en comportamiento humano y diseño; paisajistas, urbanistas, expertos en tecnología y seguridad. Además, trabajaron junto a otros desarrolladores, Grupo Angular y APMB Desarrollos potenciando capacidades y recursos para consolidar un masterplan integral, sostenible y aspiracional.
UN DISTRITO DISEÑADO DESDE LAS PERSONAS
Antes de trazar un plano o definir un lote, Ayres desplegó un estudio profundo sobre hábitos, expectativas y modos de vida de vecinos actuales y potenciales. La investigación fue conducida por Ailin Tomio, especialista en ciencias del comportamiento, quien destaca que el proyecto comenzó a partir de una premisa poco habitual en el mercado: escuchar antes de diseñar.
Tomio enfatiza que la diversidad de poblaciones que convergen en Benavídez —residentes de larga data, familias provenientes de barrios privados, migrantes interiores o urbanos y jóvenes profesionales que se muda desde la Ciudad de Buenos Aires— genera una complejidad que no puede resolverse con un modelo habitacional uniforme. “De ese análisis surgió una demanda transversal: todos los grupos reclaman un entorno más caminable, más integrado y con más vida urbana de escala humana”, comenta.
UNA VISIÓN URBANÍSTICA INTEGRADA
Con los hallazgos sobre comportamiento como base, el diseño urbano tomó forma bajo la dirección de Alex Anger, arquitecto de BMA y responsable del masterplan general. Anger concibió el proyecto como una urbanidad en sí misma, un tejido articulado que no depende de intervenciones aisladas, sino de un sistema de relaciones.
El eje estructural del masterplan es un corredor verde central que recorre el distrito a lo largo y conecta las diferentes usabilidades y espacios públicos mediante paseos peatonales continuos, plazas, áreas de descanso y un paisaje cuidadosamente curado. Anger explica que fue pensado para promover una transformación que exceda el perímetro del distrito: “Trabajamos sobre una trama que busca conectar fragmentos urbanos existentes, generar continuidad y producir un derrame positivo más allá del distrito. La iluminación, el paisajismo, la movilidad y la arquitectura planificada no solo elevan el valor de las tierras propias, sino de todo el entorno”, subraya.
La propuesta incorpora residencias de baja y media densidad, casas urbanas, townhouses y edificios bajos junto con tipologías híbridas diseñadas para favorecer la mezcla social y la vitalidad diaria. Ayres Haus es el primer proyecto, ya lanzado en el Distrito, y funciona como pieza que anticipa la estética y la escala general del masterplan: contemporánea, sobria, integrada al paisaje y orientada a la experiencia peatonal.
LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
Para liderar este componente, Ayres convocó a John Lough, especialista en tecnología y desarrollo de distritos inteligentes, quien trabajó junto a LinkNet Argentina para definir la infraestructura digital, la conectividad integral y los sistemas de automatización. Lough explica que la tecnología no es un accesorio que se agrega una vez construido el proyecto, sino un elemento estructural: “La innovación está integrada desde el inicio, no agregada después. Hablamos de infraestructura digital, datos en tiempo real, conectividad total y automatización”. Esta capa digital opera en varios niveles simultáneos: el distrito en su conjunto contará con redes de fibra óptica, sistemas de CCTV con inteligencia artificial, reconocimiento de patentes, monitoreo urbano en tiempo real, WiFi público y alumbrado inteligente; los edificios estarán equipados con accesos digitales, automatización y sistemas de gestión energética; y las viviendas u oficinas dispondrán de domótica nativa, conectividad de alta velocidad y redes
intrnas preparadas para dispositivos inteligentes.
UN MODELO DE SEGURIDAD
Para este componente, Ayres integró a Andrea Rolando, CEO de Fides Tech, especialista en sistemas de seguridad inteligente. Rolando explica que el modelo combina un sistema de monitoreo con IA capaz de detectar comportamientos sospechosos en tiempo real, una estructura de costos optimizada que permite reducir expensas y un esquema de cooperación con el municipio para coordinar patrullaje y actuación ante incidentes. “La clave está en unir capacidades. La coordinación entre lo público y lo privado hace que el sistema sea más efectivo y que cada vecino se sienta realmente protegido”, sostiene Rolando.
VIDA URBANA Y COMERCIAL
Los estudios de comportamiento mostraron una demanda insistente por más cafés, más gastronomía, más espacios de encuentro y más vida urbana fuera de los barrios cerrados. Hoy, gran parte de la actividad social se desarrolla en polos externos como Nordelta o Maschwitz, pero casi no existen espacios con vida cotidiana dentro del área central de Benavídez.
Distrito Ayres Benavídez incorpora un corredor comercial de escala boutique que reunirá gastronomía, locales de cercanía, servicios cotidianos y espacios de permanencia al aire libre. A esto se suma la incorporación de oficinas, coworkings y espacios laborales de cercanía, un componente que permitirá acortar distancias laborales, reducir la dependencia con la ciudad de Buenos Aires y fomentar una rutina más equilibrada.
EL PAISAJISMO, UN ROL CLAVE
Angie Salas del estudio UnCauce (Sanchez Dugan – Salas – Rauscher), comenta: “Definimos un paisajismo responsable, que se desarrolla en diálogo con el sitio y sus condiciones naturales. Nuestro enfoque prioriza la integración del paisaje existente, un profundo respeto por la identidad del lugar, la sostenibilidad, el uso consciente de los recursos y la incorporación estratégica de plantas nativas que aportan biodiversidad, resiliencia y sentido al lugar”.
El distrito contará con espacios de recreación, deporte y paseo conectados por veredas accesibles que mejoran el tránsito peatonal y activan el entorno, mejorando la calidad urbana y generando continuidad en el barrio, elevando la plusvalía y devolviendo valor al espacio público.
IMPACTO ECONÓMICO Y PROYECCIÓN REGIONAL
Además, la magnitud del distrito implicará un impacto económico directo en la región. Se espera un incremento sostenido del empleo durante la construcción y la operación, una reactivación comercial derivada del flujo diario de habitantes y trabajadores, un aumento de la demanda de servicios y una valorización inmobiliaria progresiva. La actividad diaria de diez mil personas —entre residentes y trabajadores— sostendrá un ecosistema comercial, gastronómico y laboral con funcionamiento constante, sin depender de la estacionalidad que caracteriza a otras zonas del corredor norte.
