La restauración del edificio Otto Wulff, próxima a finalizar

Tienen ya un 90 % de avance las obras de restauración del edificio patrimonial Otto Wulff, en la esquina de Belgrano y Perú, en su época uno de los más altos de Buenos Aires, pionero tanto en la tendencia de utilizar el hormigón armado como en la naciente tipología de rascacielos.
La restauración del edificio Otto Wulff, próxima a finalizar

Inscripto en la versión alemana del art nouveau–, la fachada del Otto Wulff presenta, también, características propias de los estilos renacentista y neogótico. Pero, lo que más destaca es su ornamentación: en su fachada acechan los 680 ojos de un bestiario: hay cóndores, querubines, insectos, serpientes, lechuzas, pingüinos, pero también dioses y calaveras . Mención especial merecen los ocho Atlantes, como fornidos centinelas, que cumplen el rol de columnas de cinco metros de altura y parecen sostener el resto de la edificación. Se disponen simétricamente a uno y otro lado de la esquina y cada uno de esos hombres representa a uno de los oficios necesarios para la construcción: maestro herrero, carpintero, albañil, forjador, aparejador, escultor, arquitecto y jefe de obra. Las figuras no son de piedra sino de hormigón armado, señalando que los constructores prefirieron las técnicas más modernas de la época.

Los detalles zoológicos están coronados por cuatro cóndores de cinco metros de altura que parecen vigilarlo todo, ubicados estratégicamente donde termina el cuerpo central del edificio, que es además la base de las cúpulas, que se elevan hacia el cielo 20 metros, es decir, un tercio de la altura total del edificio. La similitud de los cóndores con el Águila Imperial que el Imperio Austrohúngaro tomó como animal heráldico es asombrosa, especialmente porque, como en el escudo, en el Otto Wulff los cuatro cóndores también se miran de a pares. Todos fueron esculpidos en Europa por un maestro de la Escuela de Viena, Franz Metzner.

El empresario alemán que da nombre al edificio encargó esta construcción, erigida en 1914, al prestigioso arquitecto danés, Morten Ronnow, quien al comprender que era de valor, documentó la casona que hubo que demoler para construir el edificio, que pertenecía al Virrey Del Pino y su esposa, constituyéndose en el autor del primer estudio de arquitectura colonial argentina.

La restauración del edificio Otto Wulff, próxima a finalizar

TAREAS REALIZADAS

La arquitecta Melina Forte, jefa del Área Comercial Tecnica de Hit Construcciones, a cargo de la restauración, sostuvo ante Áreas Globales que “la obra está prácticamente en su etapa final, pero se extendió porque durante la ejecución se verificó el estado crítico de los balcones en lo estructural y se procedió a intervenir en ellos”.

Previo a la realización de los trabajos, se realizaron relevamientos generales y fichas de registro patrimoniales junto con la asesora en Restauración, arquitecta Alicia Fernández Boan. La limpieza de la fachada requirió de detergentes neutros, y análisis de laboratorio para evaluar la consolidación del material, para su posterior hidrolavado. También se realizó el control de la vegetación invasiva, el sellado de grietas y fisuras, y la reconstrucción de ornamentaciones, molduras y balaustres.

En relación a las ornamentaciones, para las reposiciones, se elegió una de las piezas existentes que fue tomada como modelo para la elaboración de los moldes, a partir de los cuales se ejecutaron las piezas de recambio, resueltas en un material similar conforme a los resultados de las pruebas realizadas de morteros y revoques. Entre otros detalles, se utilizó pintura antigraffiti incolora (hasta nivel inferior de los atlantes) e hidrorepelente para toda la superficie de la fachada símil piedra. A la finalización, está prevista la iluminación como se estila con los edificios patrimoniales.

La restauración del edificio Otto Wulff, próxima a finalizar