Con proyecto del Estudio Ramos y Asociados, y la ejecución de la constructora CRIBA, tiene una superficie de 6190 m2, de los cuales 4,065 son cubiertos, 1418 m2 semicubiertos, y el resto exteriores, ya que se pensó una integración con la naturaleza, como una extensión del paisaje de San Fernando y el Delta.
Los laboratorios de última generación, aulas y espacios de colaboración interactúan entre sí y con la vegetación envolvente, que la arquitectura puso en valor, a través de rampas, terrazas verdes con flora autóctona y grandes ventanales.
El edificio se organiza alrededor de un espacio central con triple altura donde se desarrollan en planta baja locales destinados a aulas y laboratorios de ingeniería, cocina, cafetería y sala de máquinas; en primer piso se encuentran aulas generales; en segundo piso salas de investigación y consultorios de neurociencias, sector de oficinas para docentes y un espacio de coworking. En la terraza se ubican las unidades exteriores del sistema de climatización del edificio.
Alberga laboratorios de inteligencia artificial, robótica, mecatrónica, fisicoquímica y neurociencias, así como un taller de prototipado de vanguardia y un laboratorio del sueño, único en su tipo en una universidad argentina. Asimismo, el espacio cuenta con aulas con tecnología de última generación para la grabación y transmisión de clases en tiempo real, zonas de coworking y un centro de emprendedores, entre otras áreas que animan la generación de conocimiento aplicado y el intercambio entre disciplinas.
Desde la Universidad, consideran que esta obra de infraestructura redefine el modelo educativo, al fomentar la conexión entre el mundo académico, el ecosistema emprendedor y la industria. Por sobre todas las cosas, constituye un centro. de innovación.