El mapa comercial de Buenos Aires se reconfigura: Polos barriales y experiencia de compra

Un mapa comercial, menos predecible, más dinámico y con reglas en constante movimiento. Del “local premium” al “punto estratégico”. Cómo cambian los criterios de ubicación.
El mapa comercial de Buenos Aires se reconfigura: Polos barriales y experiencia de compra

Los hábitos de consumo cambiaron, la ciudad creció, y las marcas reaccionaron. “En los últimos cinco años, Buenos Aires vivió una transformación silenciosa pero profunda en su geografía comercial: polos que antes eran secundarios hoy concentran el interés de las principales franquicias, mientras que marcas tradicionales se animan a formatos más flexibles y colaborativos para adaptarse a un cliente cada vez más exigente”, precisa Adrián Milberg, director de Alianzas Estratégicas en
Baigun Realty en esta nota.

¿El resultado? Un nuevo mapa comercial, menos predecible, más dinámico y con reglas en constante movimiento. Del “local premium” al “punto estratégico”: cómo cambian los criterios de ubicación.

Ya no se trata solo de tener una buena esquina: hoy, las marcas analizan datos de circulación, cercanía con públicos objetivos, costos operativos y hasta compatibilidad con otras marcas del entorno. El auge del e-commerce obligó a repensar el rol del local físico, que ahora debe aportar valor agregado: experiencia, comunidad, logística o todo junto.

FRANQUICIAS Y NUEVOS POLOS

En este escenario, apunta que el modelo de franquicias vive un auge sin precedentes. Impulsadas por emprendedores que buscan negocios probados, las franquicias aceleran su expansión y encuentran terreno fértil en barrios que, hasta hace pocos años, no figuraban en el radar.

“Lo que antes parecía una excepción hoy se convierte en patrón: polos como Devoto, Caballito, Urquiza, muestran un nivel de actividad comercial y gastronómica que rivaliza con corredores históricos como Palermo Soho o Las Cañitas”, resalta Milberg.

Las marcas gastronómicas son el principal motor de este cambio. Cafeterías de especialidad, cervecerías, heladerías y hamburgueserías no solo multiplicaron sus aperturas, sino que también cumplieron el rol de “marca ancla”, atrayendo otras propuestas y generando tracción en zonas que no contaban con tradición comercial.

En paralelo, otros rubros reconfiguraron su presencia. Los bancos, por ejemplo, dejaron atrás las grandes sucursales para instalar puntos de atención más pequeños, con foco en lo digital. También crecieron de forma sostenida los servicios de estética, los gimnasios boutique y hasta las canchas de paddle urbanas, que se integran a la vida barrial como nuevos espacios de socialización.

FORMATOS HÍBRIDOS Y ALIANZAS INESPERADAS

“En un mercado con vacancia casi nula en zonas consolidadas, las marcas están innovando. Desde pop-ups hasta showrooms itinerantes, pasando por locales compartidos entre dos o más marcas con públicos afines. Hoy, abrir un local no es simplemente alquilar un espacio: es diseñar una experiencia que combine producto, contexto y estilo de vida”, resalta.

El consumidor ya no compra solo productos. Compra experiencias, cercanía, conexión. Las marcas que entiendan esto y ajusten su estrategia de presencia serán las que logren crecer, incluso en un contexto económico desafiante.