Dos referentes de la zona, Gabriel Sirianni, de GS Desarrollos Inmobiliarios y Claudia Balbuena de la firma homónima, ponen en contexto la situación del sector que abarca desde Luján hasta Moreno, un abanico de opciones de los más variados desarrollos, tanto en lo residencial como en lo comercial y corporativo. También explican cuál es el rol del desarrollador urbano, la importancia de la sustentabilidad que ya no es una opción, el perfil y los cambios en las preferencias de los compradores actuales.
EL ROL DEL DESARROLLADOR URBANO
En la charla con Áreas Globales, Gabriel Sirianni precisa: “Deberíamos hacer un pequeño alto y diferenciar primero los roles y responsabilidades que tiene un desarrollador inmobiliario de uno urbano en los procesos de cada proyecto. Hace varias décadas que el desarrollador inmobiliario viene enfocándose en el producto final, vale decir la construcción, comercialización y rentabilidad del inmueble. Su mirada estuvo puesta en el rendimiento de una unidad puntual o de un conjunto habitacional y eso es lo que vino sucediendo en nuestra zona hasta hace muy poco tiempo. El desarrollador urbano, en cambio, comenzó a migrar ese enfoque abordando una escala más amplia. Piensa primero en el tejido del entorno, en cómo se inserta cada proyecto en el ambiente, qué infraestructura pública requiere, qué impacto genera, y cómo crea valor colectivo. En nuestro caso, asumimos ambas funciones. Diseñamos desde una perspectiva urbanística estratégica y acompañamos todo el proceso, desde la adquisición de la tierra hasta la en trega de las unidades, cuidando tanto la rentabilidad como la calidad de vida que queremos ofrecer y de esa forma agregamos valor en la zona.
A medida que la demanda suburbana se incrementó, surgieron nuevos barrios, o se lanzaron nuevas etapas en los ya constituidos. Se privilegian aquellos con amenities completos, y muy buena conectividad, porque si bien se ha vuelto al trabajo presencial, no son pocos quienes continúan con la posibilidad de realizar home office o una mezcla de ambos.
EL PERFIL DE LOS COMPRADORES
Las ventajas buscadas, para el operador son múltiples y varían de acuerdo con las edades de los integrantes de cada familia y de sus respectivas necesidades. Es sabido que la seguridad, el contacto con la naturaleza, la calidad ambiental, los amenities pensados para todo el grupo familiar y sobre todo un fuerte sentido de comunidad, son los pilares de esta demanda. “No solo una vida más relajada, ideal para quienes priorizan tranquilidad y bienestar, sino también existen otros requerimientos. Los costos de mantenimiento, por ejemplo, sumados a la distancia a centros urbanos o el riesgo de cierto aislamiento social son el lado B que ofrece otra mirada. En nuestros desarrollos intentamos integrar lo mejor de ambos mundos. Proyectos bien conectados, con infraestructura eficiente, espacios comunes accesibles y un planeamiento que no encarezca innecesariamente la vida de los vecinos”.
EVOLUCIÓN DEL MERCADO
“El Corredor Oeste está viviendo una transformación muy interesante. La zona Norte siempre fue la más requerida y valorizada, mientras que la Zona Oeste tardó mucho más en verse como una alternativa de inversión. Pero eso empezó a revertirse y desde algunos años ya hay mejor acceso, más infraestructura, nuevos polos comerciales y tecnológicos, y disponibilidad de tierra”, comenta Balbuena. Además, hay una nueva generación de compradores que elige esta zona por su potencial, por los valores más accesibles y por el estilo de vida que propone. Ya no se busca solo un terreno, sino un entorno planificado, con servicios, conectividad y proyección.
CON VISIÓN DE LARGO PLAZO
Es que hoy realmente lo que marca la diferencia es la propuesta integral. Un emprendimiento exitoso no es solo aquel que vende bien, sino el que logra mantenerse vigente en el tiempo. Eso requiere visión de largo plazo, una urbanización cuidada, un diseño arquitectónico coherente, amenities funcionales y una gestión que acompañe. La confianza también es clave. El comprador valora mucho a quién está detrás del proyecto. La trayectoria, la seriedad y la transparencia son activos fundamentales.
Y en este contexto, Claudia Balbuena resalta que hoy existe un comprador mucho más informado, que compara, pregunta, investiga. Ya no se trata solo de comprar un terreno o una casa. “Hay un fuerte interés por el entorno, la conectividad, los costos fijos, la sustentabilidad, e incluso por el valor de reventa. Además, hay más diversidad. Familias jóvenes, parejas que buscan una segunda residencia, inversores que entienden que un lote en un barrio bien planteado puede ser una excelente reserva de valor”.
Y agrega, que aunque parezca algo audaz no es descabellado pensar en la centralidad de la inteligencia artificial en los próximos proyectos, ya que nos permite anticipar cómo funcionará un barrio en el tiempo, prever necesidades de energía, circulación o servicios, y diseñar soluciones más eficientes desde el inicio. “En paralelo, recalca, la sostenibilidad dejó de ser una opción para convertirse en una obligación. Desde nuestro lugar estamos comprometidos con esa disrupción y ya estamos explorando alternativas como diseño bioclimático, iluminación inteligente, reutilización de aguas grises, sistemas constructivos con menor huella de carbono, y hasta el uso de IA para optimizar la etapa de obra. Apostamos a una sinergia entre tecnología y respeto por el entorno”.