El grupo Safra, uno de los mayores de Brasil, desembarca así en el mercado inmobiliario de Buenos Aires. El terreno, donde funcionaba un estacionamiento, fue comprado por el Grupo hace 40 años, pero recién cuatro años atrás comenzó a activarse el proyecto de la mano del estudio Norman Foster Partners que buscó lograr en su diseño un nuevo estándar. Así el sello Foster se suma a otros edificios de la ciudad como la sede del Gobierno de la Ciudad, y el Faena Aleph Residences en Puerto Madero.
La torre de forma triangular, tendrá 35 pisos y contará con un lobby elevado en el cuarto, al cual se asciende por escaleras mecánicas, de esta manera se logran plantas grandes y flexibles de 1300 m2 y alturas libres de 3,20 metros entre piso y cielorrasos, sin columnas. Habrá 7 terrazas de tres pisos de altura en cascada que crean espacios al aire libre para reuniones informales en toda la torre y amenities, acordes con las necesidades que hoy plantean los usuarios. Además, estará rodeado por una plaza pública abierta a la comunidad durante el día y un jardín que continúa debajo del edificio, que fue pensado para se integre a la ciudad como un paseo y sea visitado por la gente, una de las características que lo distinguen. También está prevista la inclusión de locales comerciales y un restaurant.
Hoy ya se puede observar la estructura triangular y llamativa para los transeúntes por su altura, que se diferencia del resto de los imponentes edificios que la rodean.
UN MOMENTO BISAGRA
Guilheme Parente, director del Grupo Safra se refirió al tiempo que debieron esperar desde la compra del terreno. Y resaltó que siempre pensaron en Buenos Aires y que ahora decidieron seguir adelante por el ¨momento especial que vive la Argentina¨ que no dispone de gran oferta de edificios triple A, y con el sello de un estudio internacional como el de Norman Foster.
En ese sentido, el ingeniero Gabriel Reznik, gerente a cargo de la dirección y gerenciamiento de obra, coincidió con gran optimismo que es un momento de cambio. “Se está construyendo el mejor edificio de Buenos Aires, de clase internacional”, recalcó. En julio se termina la primera etapa y comienza la construcción del inmueble de 35 pisos con cuatro subsuelos, 45.000 m2 rentables y 75.000 m2 totales.
Domingo Speranza, director de Newmark Argentina, que junto con JLL, estarán a cargo de la comercialización, destacó el trabajo en conjunto para incorporar ciertos amenities para el edificio y la ciudad, y precisó que en esta primera etapa se comercializarán diez pisos en cuotas durante el proceso de construcción, y resaltó la ventana de oportunidad que ello significa. Los precios rondan US$ 6000 el m2 y van aumentando de acuerdo a la altura, 30 % a la firma y saldo en cuotas.
La entrega está prevista para agosto 2028, es decir que estará lista cuando la proyección de oferta en Catalinas sea escasa. “No habrá otro edificio de categoría triple A para ese momento terminado en la Zona”, precisó. Además, entre otros puntos clave, resaltó la flexibilidad de los espacios que posibilitan el armado de un grupo de bloques diseñados y unidos en dobles alturas por escaleras para que las empresas puedan tomar un paquete, separados del resto.
Por otra parte, el edificio posee 45.000 m2 rentables, a estas alturas y comparativamente con los precios de renta de la zona del orden de US$ 33 el m2, si bien es prematuro arriesgar cifras, prevén valores más altos que podrían ubicarse en US$ 35 el m2.
Al ser consultado sobre la inversión, Speranza apuntó que se estiman más de U$S 200 millones, ya que por el terreno se abonaron U$S 80 millones, a lo cual hay que agregar 120 millones de dólares más.
Martín Bustillo, director de JLL destacó las bondades del terreno, en Alem y Córdoba, que se abre sobre Puerto Madero y el Río de La Plata y linda, a su vez, con Plaza Roma, creando todo un entorno. “Si se considera el crecimiento que están teniendo muchas empresas, es el mejor momento para poder comprar un edificio de estas características a precios de mercado”, subrayó.
TECNOLOGÍA Y SUSTENTABILIDAD
El proyecto se distingue por su calidad constructiva, Gabriel Reznik comenta que se utilizó hormigón H110 para mejorar la resistencia estructural. Desde el cuarto piso, donde se ubica el lobby de entrada, hasta los subsuelos la estructura se refuerza con este material, para obtener mayor seguridad.
Además, tendrá certificación Leed Gold a fin de garantizar la eficiencia energética y sustentabilidad. Contará con 16 ascensores de alta velocidad, 4 subsuelos de estacionamientos con más de 450 cochera incluyendo carga para vehículos eléctricos, espacios para bicicletas y vestuarios. El edificio cumple con las normas de seguridad contra incendios NFPA y tendrá un grupo electrógeno para abastecimiento en caso de emergencia.
A cinco años de la pandemia, que afectó la evolución del mercado de oficinas y cambió radicalmente los hábitos de trabajo, este edificio de última generación viene a cubrir las necesidades de empresas que se están adecuando a estos tiempos y recupera para Catalinas su protagonismo.