Hacia un hormigón sostenible

Lograr la producción de hormigón sostenible implica cambios en los materiales utilizados y en los procesos de fabricación, requiere investigaciones y desarrollos tecnológicos para encontrar alternativas adecuadas y reducir las emisiones de CO2 asociadas.
Hacia un hormigón sostenible

Es el material de construcción ideal en muchos sentidos: disponible a nivel local, económico y perfecto cuando se integra con el acero, además de ser duradero y fácil de trabajar. Pero la realidad es que ecológicamente tiene ciertas problemáticas: es la segunda sustancia más utilizada en la tierra después del agua, por lo que consume muchos recursos y su componente más importante, el cemento, es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones globales de CO₂, tanto por ser un proceso con alta demanda energética como por la química del cemento. Por ello existen desafíos significativos para cumplir con los nuevos estándares para reducir el alto consumo de materia prima del hormigón, siendo esta la segunda sustancia más consumida en la tierra después del agua.

En este sentido la industria del cemento, el principal componente del hormigón, se enfrenta ahora a dos objetivos principales: la reducción del Clinker y el uso de materiales alternativos. Sika, se suma a este desafío con el objetivo de optimizar la producción de cemento, reducir o reemplazar el Clinker y lograr el reciclado del hormigón.

PROTECCION DE LOS RECURSOS

Entendiendo que cada metro cúbico de hormigón necesita aproximadamente 900 kg de arena, 1.100 kg de áridos gruesos, 300 kg de cemento y 180 litros de agua para su uso, existen algunas posibilidades para asegurar y proteger los recursos en la construcción de hormigón, estos incluyen optimizar el contenido de cemento y agua, incluir nuevas fuentes de materias primas para ser utilizadas y reducir la cantidad de hormigón usado. La empresa propone tres maneras de ayudar a ahorrar recursos : 1. Minimizar el uso de agua; 2. Maximizar la durabilidad y 3. Utilizar áridos alternativos. Para lograrlo, ofrece un producto que reduce el agua y optimiza el cemento. Durante la producción de hormigón, la fluidez mejora gracias a un menor contenido de agua como resultado del comportamiento de absorción. La reducción del agua conduce a una mayor densidad estructural y una menor porosidad en la estructura cementosa. De esta manera, las nuevas estructuras de hormigón logran mayor durabilidad y mejores propiedades mecánicas, cambios que se logran apreciar en la reducción de la demanda de agua con hasta 35% y mayor eficiencia y durabilidad con +25%.