En madera y con diseño victoriano

El Gran Hotel del Coronado, uno de los pocos hoteles de playa con arquitectura victoriana que sobrevive en San Diego, California, construido en madera, y reconocido en 1977 por su valor patrimonial, sigue atrayendo visitantes.
En madera y con diseño victoriano

Se trata de un resort de playa que cuando abrió en 1888, fue el hotel más grande en el mundo, y el primero en usar electricidad. A lo largo del tiempo ha hospedado a presidentes, desde Benjamin Harrison en 1891 hasta Gerald Ford, en 1980; personajes de la realeza, como el príncipe de Gales, y celebridades como Charles Chaplin, y Marilyn Monrode , que filmó una película en sus instalaciones, “”Some like it hot” del director Willie Wilder.y junto a Jack Lemmon y Tony Curtis.

Sus inicios datan de 1885 cuando Elisha S. Babcock, un ejecutivo retirado de una red ferroviaria y Jacob Gruendike, presidente del First National Bank de San Diego, compraron todo Coronado y la Isla Norte por US$110,000. La subdivisión y venta del terreno en 360 lotes, les permitió en un corto plazo lograr los fondos para desarrollar el proyecto.

En madera y con diseño victoriano

El diseño original, del que participaron los propietarios y el arquitecto James Reid, partía de un plano básico sobre el cual ir desarrollando más tarde los distintos sectores del resort. Así, el Hotel del Coronado nació con un pabellón de habitaciones, la recepción, un restaurante y un amplio jardín. Asimismo, decidieron que la construcción se basaría en un diseño victoriano en madera y para lograrlo, escogieron qué tipos de árboles deberían funcionar para cada zona. La estructura se construyó con abeto traído de Douglas, Arizona; el revestimiento exterior fue hecho con secoya californiana; el vestíbulo con roble blanco de Illinois, mientras que para el techo de The Crown, el salón, se utilizó pino de Oregón.

El hotel descollaba por sus servicios, que incluian una piscina olímpica de agua salada, un campo de tenis, un club de yates (conocido como “Baby Del”) con una arquitectura parecida a la de la torre principal del establecimiento. Un jardín japonés de té, una granja de avestruces, billar, pistas de bolos, expediciones de caza y pesca de aguas profundas entre otras amenities.

Desde entonces, y aunque sigue manteniendo el clásico look de época, ha actualizando sus instalaciones para seguir atrayendo a los y turistas y convenciones de todo el mundo. Apto para nostálgicos.