Esta inversión, que suele representar entre un 20% y un 30% del presupuesto total, es esencial para asegurar la viabilidad a largo plazo. Sin embargo, esta planificación puede encontrarse con barreras significativas que, si no se manejan adecuadamente, pueden hacer inviable el proyecto.
Componentes de Inversión en Infraestructura y Servicios Externos:
* Redes de Suministro de Agua y Electricidad (10%-15%): Proporcionar un suministro autónomo de agua y energía permite que la urbanización no dependa en exceso de la infraestructura municipal, que en muchos casos ya está sobrecargada. En áreas con recursos limitados, el costo de instalar redes de energía o pozos de agua, junto con su mantenimiento, puede ser elevado, incrementando el riesgo financiero.
* Accesos y Vialidad (5%-10%): La construcción de vías de acceso, pavimentación y alumbrado público es una responsabilidad crucial en muchas urbanizaciones, especialmente en áreas alejadas. Sin estos accesos, el proyecto podría perder atractivo. Además, la falta de permisos, los conflictos legales o los altos costos de construcción pueden hacer que la inversión necesaria sea prohibitiva y, por ende, que el proyecto pierda su rentabilidad.
* Sistemas de Gestión de Residuos y Energía Renovable (5%): Incorporar sistemas de tratamiento de residuos y energías limpias agrega valor al proyecto, pero también puede resultar costoso. La demanda de soluciones sostenibles es alta, pero en regiones donde la infraestructura básica aún es deficiente, estos servicios adicionales pueden sobrecargar el presupuesto inicial, impactando en la viabilidad.
QUÉ PUEDE COMPROMETER LA VIABILIDAD
Aumento de Costos: Los materiales y mano de obra necesarios para desarrollar infraestructura externa tienen un costo considerable. En el contexto de la inflación y fluctuación económica en Argentina, el presupuesto puede incrementarse sustancialmente, afectando la rentabilidad esperada.
* Permisos y regulaciones: Obtener permisos para obras externas suele ser complejo, especialmente en zonas que requieren evaluaciones ambientales y regulaciones municipales. Los retrasos en la aprobación pueden extender el plazo de construcción y aumentar los costos.
* Presión sobre la infraestructura pública: En regiones donde la infraestructura básica es débil, los nuevos desarrollos pueden aumentar la demanda de servicios sin que estos estén preparados para soportarla. Sin una inversión adecuada en infraestructura propia, la urbanización puede colapsar o dañar la calidad de vida en el área circundante, perjudicando la percepción del proyecto.
* Acceso financiero y rentabilidad: Invertir en infraestructura externa eleva el costo total del proyecto y, por lo tanto, el precio final para los compradores. Si los precios finales superan la capacidad de compra del mercado local, el desarrollo pierde viabilidad comercial. Además, los desarrolladores pueden enfrentar desafíos para financiar este tipo de inversiones, especialmente en un entorno económico inestable.
NECESIDAD DE UNA PLANIFICACIÓN INTEGRAL
Incluir la infraestructura y los servicios externos en el presupuesto inicial es una estrategia que, aunque exige una alta inversión, garantiza la funcionalidad y la independencia del proyecto. La planificación desde la concepción del proyecto permite que los desarrolladores prevean costos, obtengan permisos en el tiempo necesario y adapten la infraestructura a las necesidades del entorno.
Esta integración de servicios y una infraestructura bien planificada no solo mitigan el riesgo de sobrecargar los servicios públicos locales, sino que también aseguran una oferta de alto valor en el mercado actual, brindando un desarrollo inmobiliario viable y atractivo.