Un contexto más positivo para el Real Estate

“La salida del cepo mejora las condiciones de previsibilidad y otorga mayor transparencia para todo tipo de inversiones, incluidas las inmobiliarias”, coinciden en destacar Manuel Valdés, director Comercial de Criba y Patricio Lanusse, director de Relaciones Institucionales de Eidico.
Un contexto más positivo para el Real Estate
De Izq. a Der: Manuel Valdés, director Comercial de Criba y Patricio Lanusse, director de Relaciones Institucionales de Eidico.

En la consulta de Áreas Globales sobre las expectativas que genera la salida del cepo en los negocios de bienes raíces, Manuel Valdés apuntó que es positiva para la economía en general, ya que favorece el libre comercio y genera un entorno con reglas de mercado más claras. Esto no solo implica acceso a dólares sin restricciones, sino también una mejora en la previsibilidad para todo tipo de inversiones, incluyendo las inmobiliarias.

Por su parte, Patricio Lanusse precisó que una economía sin controles de cambio tiene un mayor volumen de actividad por lo que creemos que la salida del mismo generará un impacto positivo en el corto/mediano plazo. El fin del cepo implica una unificación del tipo de cambio. “Aunque la devaluación inicial pueda ser pronunciada, se gana en previsibilidad. Con un único referente cambiario, las operaciones inmobiliarias se podrán tasar de manera más transparente, lo que reaviva la confianza entre compradores y desarrolladores”, resaltó.

LAS VENTAS EN EL POZO

En cuanto al impacto en los proyectos en el pozo, Lanusse consideró que al no haber controles en la economía, la salida del cepo debería mejorar las expectativas para ventas en pozo, principalmente porque reduce la incertidumbre, atrae dólares fuera del sistema, y permite una mejor planificación y financiamiento de proyectos.

A su vez, Valdés indicó que también hay un beneficio, sobre todo porque mejora la disponibilidad de moneda. Sin embargo, puntualizó que “lo que más impacta hoy en ese segmento es el alto costo en dólares. Si se da una unificación cambiaria hacia la baja (que los dólares paralelos converjan con el oficial), eso encarecería aún más el precio del m² medido en dólares. Además, podría haber un rebote inflacionario en los insumos dolarizados”.

Un contexto más positivo para el Real Estate

LOS COSTOS DE CONSTRUCCIÓN

“De ahí que no se esperan grandes cambios en el corto plazo solo por la salida del cepo. Tal vez haya pequeños aumentos en algunos insumos atados al dólar. Pero para que bajen los costos reales de construcción, hay que revisar la carga impositiva: hoy casi el 60% del costo de construir un m² se lo llevan tasas e impuestos”, recalcó Valdés.

Patricio Lanusse, precisó que los costos de la construcción siguen altos, aunque sabemos que habrá menor inestabilidad en el precio del dólar, ahora que fluctúa entre los 1000 y los 1400 dólares. “Con un costo de construcción que se mantiene alto, que además puede crecer por la devaluación y con un dólar estabilizado en la banda establecida, el costo y la dinámica de este sector va a seguir complicada y, en ese sentido, se acentúa la ventaja de los inmuebles usados”.

EL IMPACTO EN LOS USADOS

Sobre ese mercado en particular, Valdés evaluó que tendrá mayor impacto porque los usados venían mostrando algo de movimiento con los créditos hipotecarios, aunque últimamente las tasas subieron en casi todos los bancos. La salida del cepo permite que los ahorristas accedan al dólar sin topes ni tener que recurrir a mercados paralelos con valores más altos. “De todos modos, el verdadero impulso llegará cuando se desarrollen mercados de crédito más robustos, con securitización de hipotecas, que permitan a los bancos prestar más y mejores tasas”, subrayó.

A su vez, Lanusse apuntó que las operaciones deberían de agilizarse, teniendo en cuenta que los usados son aquellos que hoy se pueden comprar con créditos hipotecarios.

CRÉDITOS HIPOTECARIOS

¿Una mayor inflación tendrá consecuencias sobre los créditos hipotecarios? Ante ese interrogante, Valdés recalcó que “la demanda va a seguir creciendo porque hay un déficit habitacional histórico, de más de 3,5 millones de hogares. Si se logra cierta estabilidad económica, baja la inflación y se fortalece el poder adquisitivo en dólares, los bancos van a poder prestar más. El desafío es que bajen las tasas, lo que permitiría que más gente acceda al crédito, sobre todo la clase media”.

En ese contexto, Lanusse coincidió en que con una mayor oferta y la posibilidad de acceder legalmente a divisas, es factible que se impulse tanto la demanda como la inversión en créditos. Sin embargo, puntualizó que “es imperativo que estas líneas de financiamiento evolucionen hacia sistemas más equilibrados, capaces de mitigar los riesgos inherentes a la inflación persistente y al desfasaje entre salarios y valores inmobiliarios”.