El dirigente, actual delegado en la provincia de Mendoza de la Cámara Argentina de Propietarios y presidente de una inmobiliaria casi cincuentenario, estimó que “la reciente suba del dólar, que, entre fines de abril y principios de mayo, se apreció en más de cien pesos provocó una parálisis casi total en la compra venta inmobiliaria. El inversor no sabe qué sucederá en el corto o mediano plazo, con un gobierno confundido y sin planes financieros, dado los continuos vaivenes en las cotizaciones del dólar y ante esa incertidumbre paraliza inversiones en el mercado.
“Los últimos años, han sido los que causaron más perjuicios que desembocaron en un estancamiento sin precedentes, que perdura o se incrementó con los altísimos porcentajes mensuales de inflación, lo que a su vez impide la existencia de créditos con cuotas de amortización razonables. Ante la magnitud de las sucesivas devaluaciones, quedan descolocadas las posibilidades adquisitivas de la demanda, que, en su gran mayoría, sobre todo en el interior del país, posee ingresos en pesos, con los cuales cada vez se pueden adquirir menos dólares. Por ello, los precios de los inmuebles, unánimemente expresados en dicha moneda, han retrocedido considerablemente para adecuarlos a cada devaluación a los efectos que la apreciación permanente del dólar no coloque a las propiedades fuera de las posibilidades de la demanda”.
PANORAMA DESALENTADOR
Agrega que en los últimos tres años, el precio de los inmuebles expresados en dólares, cayó entre el 18% al 28% dependiendo del tipo de propiedad y su ubicación. La inestabilidad financiera, afectó además la precisión de las tasaciones, al no existir parámetros estables como referencia, debido a las permanentes oscilaciones del mercado cambiario y financiero. Por ello, se observan diferencias de precio considerables en las ofertas por inmuebles similares lo que produce otro factor negativo para las tasaciones, relativizando la exactitud del sistema comparativo de valuación, que es uno de los más utilizados.
“Sin dudas, con los factores expuestos, más los cepos cambiarios, inflación, fuertes componentes impositivos en las operaciones, inexistencia de créditos, el mercado inmobiliario atraviesa el peor periodo recesivo en los últimos 20 años, el que difícilmente se revertirá si no se cambia el rumbo errático de la economía por un plan estructurado de control de gastos, fomento de las exportaciones, disminución de la presión impositiva,sobre todo de los sectores productivos y gradual recuperación del crédito hipotecario”, finaliza.