En una charla que también incluyó la situación de los patrimonios en los Estados Unidos, proyectó que una baja del riesgo país por debajo de los 500 puntos básicos implicaría el retorno de la Argentina a los mercados voluntarios de deuda.
Pese a estos datos, “el sistema financiero argentino es insignificante en todas sus formas. El precio de los inmuebles es baratísimo comparado con el resto de América Latina, pero caro con el poder de compra. El desafío es cómo hacer que los argentinos dejen de desconfiar permanentemente en el peso y que por lo tanto una parte de lo que está afuera vuelva”.
Desde que se liberó el cepo, dijo, los argentinos atesoraron US$ 24,500 millones “perqué me piace” en una lucha entra la inflación a la que “hay que matarla no importa lo que cueste” porque los sistemas indexados son pobres sustitutos.
Al referirse al faltante de vivienda consideró que tiene un problema de inconsistencia, porque se repiten cifras incomprobables, pero reconoció que se necesitan instrumentos para que la gente pueda construir y comprar. Parte del problema es el stock de capital, no suficiente para reemplazar la amortización lo que dificulta los créditos.
“Primero hay que ahorrar, luego invertir y aumentar la producción y ahí va a crecer el consumo. Sino estamos matando a la gallina de los huevos de oro, que es lo que siempre hicimos” manifestó, aumentar el ahorro y la inversión.
INVERSIÓN Y TECNOLOGÍA
Como participó de un encuentro en el que se presentaba un fideicomiso financiero inmobliliario, se refirió al tema, al que diferenció de las criptomonedas a las que denominó “arte abstracto” porque no tienen ningún activo subyacente que las avale.
En la tokenización si, ya que el bien se divide en pedacitos y se lo convierte en una inversión de largo plazo. Con mayor liquidez, acceso global, transparencia, con potencial y creciente interés. “Una oportunidad de acceso al real estate, ya que la comisión de valores aprobó la regulación, un instrumento nuevo semejante a cuando se crearon las acciones. El activo real se puede dividir y transar. Todo esto se desarrolla, ironizó, “si no viene alguien y dice exprópiese”.
Se mostró esperanzado con el resultado postelectoral, y los resultados en octubre del índice de confianza del consumidor del Instituto Di Tella a la vez que del apoyo logrado por el gobierno: “Por suerte no tiene mayoría, que lo obligará a negociar con chance de hacer las reformas estructurales” .
Del 80 para acá-reseñó- el país tuvo 20 años de crecimiento negativo, todos con crisis de balanza de pago, por la gente corriendo contra el peso. Es fundamental que el gobierno logre, restablecer la confianza, porque la deuda representa un 19% del PBI, una de las más bajas del mundo. “pero la Argentina defaulteó 9 veces, una de ellas hasta cantando el himno” .
Dio suma importancia a la intención de aprobar un presupuesto- con números macro mejores que los de Paraguay y Uruguay y como se tiene un país bimonetario, si quiere estabilizar, debe hacerse en las dos unidades de cuenta.
“Es la oportunidad para cambiar” enfatizó, y exhibió un cuadro con los proyectos de RIGI ya aprobados, por US$ 30,000 millones, “ pero hace falta que Argentina haga méritos para que se concreten”, concluyó, no sin antes augurar que lo peor ya pasó, y que si se restablece la confianza, el crecimiento del 2026 podría superar el 5,5%.
El índice Di Tella: https://www.utdt.edu//ver_contenido.php?id_contenido=1351&id_item_menu=2970