La Ciudad renovó el Puente de la Mujer de Puerto Madero gracias a 100.000 Botellas de Amor que los vecinos llevaron a los Puntos Verdes. Ese contenido, traducido en cinco toneladas de plástico reciclado, se transformó en la madera sustentable que se usó para cambiar el piso de uno de los íconos porteños. Fue la primera renovación integral desde su inauguración en 2001.
Los trabajos estuvieron a cargo del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, a través del Ente de Mantenimiento Urbano Integral. Durante su desarrollo, se retiró la madera existente y se hizo una limpieza integral de la estructura a través del hidrolavado para eliminar todo posible elemento contaminante. Luego, se protegió la superficie con pintura anticorrosiva y se colocó el nuevo deck de madera sustentable.
La obra demandó una inversión de 100 millones de pesos y estuvo a cargo de las firmas Elevare y Pulcrus, dos empresas del Grupo L, que son las que se encargan habitualmente del mantenimiento mecánico y de higiene de los cinco puentes móviles de Puerto Madero. Además, se realizó un refuerzo de la pintura en los casi 40 metros de alto que tiene el mástil. La firma Sinteplast donó al gobierno más de 1.500 litros de pintura para la restauración de base a cúpula (3.400 m2 aproximadamente) dentro de los cuales se incluyeron productos de excelente resistencia a la corrosión y a la intemperie.
Devolverle al puente su blanco original no fue sencillo. Después de estudiar las distintas posibilidades, desde colgar grúas desde los márgenes, a evaluar subir a los pintores a barcazas, se llegó a la conclusión de que lo mejor era montar andamios desde el puente, que prácticamente lo envolvieran en una malla metálica. No se los podía apoyar sobre el lecho del río, sino que la base debía estar sobre la obra, siempre calculando el peso que podía soportar. Los andamios tenían una estructura rodante que le permitían a los pintores deslizarse por los costados y hasta llegar al extremo más alto. Pero había que tomar muchos recaudos. “Monitoreamos todo el tiempo el viento. Si había vientos de más de 30 km por hora, suspendíamos los trabajos, porque era peligroso”, explica Diego Cottini, gerente de Higiene de Pulcrus.
Los trabajos demandaron más de 45 días, con más de 20 operarios en cada jornada. Se usaron 100 mil Botellas de Amor, lo que equivale a dos piletas olímpicas llenas de envases, y se necesitaron más de 115 mil clavos para fijar las maderas.
Durante 2022, la Secretaría de Ambiente colectó en los puntos verdes móviles más de 4,5 toneladas de plástico a través de las botellas de amor. Ese número trepa a 25 toneladas desde que se puso en marcha el programa, en 2019.
Las mejoras del piso fueron definidas en base a que el 70% del deck mostraba signos de desgaste como resultado de la gran cantidad de personas que lo visitan todos los días. Una superficie de 820 m2 a lo largo del puente que cumplió 20 años y que seguirá atrayendo a los habitantes y turistas que pasean por Puerto Madero.
ORIGEN DEL PUENTE DE LA MUJER
Situado en el Dique 3 de Puerto Madero, su diseño representa una pareja bailando tango. La obra estuvo a cargo del arquitecto español Santiago Calatrava, que encaró la construcción como primera incursión profesional en territorio latinoamericano.
Surgió por iniciativa del empresario Alberto González, quien donó seis millones de dólares para materializar el concepto. Como miembro de la Corporación Antiguo Puerto Madero, propulsó la transformación del Dique 3. El puente fue uno de sus aportes. Había comenzado a construirse en 1998 y se inauguró el 14 de agosto de 2001.