Crecen las propuestas de vivienda en Bolivia

“Con uno de los índices más bajos de inflación en Sudamérica, el sector del real estate en Bolivia crece impulsado por una política de gobierno que promueve el desarrollo de la vivienda, a través subsidios y del financiamiento privado”, precisa Julio César Valenzuela Roca, director del Grupo Empresarial Valenzuela Roca, con 40 años de trayectoria.
Crecen las propuestas de vivienda en Bolivia

“La mayoría de los emprendimientos están destinados a vivienda social. El estado no construye ni da créditos se ha llegado a un entendimiento con los bancos que operan bajo determinadas restricciones y son los que otorgan los créditos tanto a los compradores como a los desarrolladores. Esto se ha logrado porque hay un marco de estabilidad y confianza”, explica Valenzuela, quien estuvo en Expo real Estate en representación de la empresa familiar que cuenta con una larga trayectoria en el mercado boliviano.

Y agrega que “en el 2000 hubo un statu quo que se rompió, se podrá estar de acuerdo o no y en su momento generó incertidumbre, hoy las instituciones financieras y los desarrolladores se adecuaron a esas reglas y el sistema funciona. El gobierno promueve la vivienda, trabaja muy de cerca con el sector financiero y apoya a los desarrolladores, lo que se busca es asegurar estabilidad a las familias, considerando que la vivienda es parte fundamental de la vida de una persona”, teniendo en cuenta que existe un importante déficit de vivienda. El 90 % de lo que se construye apunta a compradores genuinos y el 10% son inversores. La mayoría de estas propuestas se centran en las ciudades de La Paz y Santa Cruz.

Por otro lado, Valenzuela comenta que hay mucho por hacer en materia de real estate, y hace hincapié en una mayor formación de los profesionales y están avanzando en ese aspecto, mediante la conformación de instituciones que nucleen a todos los referentes de un sector que está muy atomizado.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Bolivia se ubicó en el 1,2 % en los primeros seis meses del año, una de las cifras más bajas en Suramérica, gracias a un tipo de cambio bajo, el subsidio en varios productos de la canasta familiar y el control de precios.