Cómo funcionan hoy las oficinas

El nuevo ecosistema laboral combina la oficina, el trabajo a distancia y los lugares alternativos. Jeanette Motok, Business Developer Manager de Cushman & Wakefield Argentina, describe los puntos clave para lograr un equilibrio entre la autonomía y la colaboración.
Cómo funcionan hoy las oficinas
Jeanette Motok

La fuerte adopción  del trabajo remoto hizo que muchos de nosotros nos acostumbremos a colaborar a través de pantallas, pero estar todos los días en casa puede que no sea la mejor  opción. Sentimos que nos falta algo: esa magia que surge cuando compartimos el mismo espacio físico y la conexión real que se da con las conversaciones informales del día a día. La creación de vínculos genuinos es un elemento esencial que a menudo se pierde en un entorno virtual.

Ahí es donde aparece la función elemental de la oficina: no es solo un lugar para trabajar; es un espacio para conectar, para crear comunidad. La colaboración cara a cara impulsa la creatividad, resuelve problemas de manera más eficiente y fortalece la cohesión del equipo. Volver a la oficina brinda la oportunidad de redescubrir la importancia de compartir ideas en persona.

Es muy importante entender que hoy en día, la oficina es más que un conjunto de escritorios; es un punto de encuentro para construir un sentido de pertenencia. Las comunidades laborales no solo se forman en torno a proyectos, sino también en las experiencias diarias compartidas, desde el café matutino hasta las conversaciones post-reunión.

Algunas claves para entender cómo funcionan los espacios de trabajo hoy:

– El equilibrio está en el mix. El nuevo ecosistema laboral combina la oficina, el trabajo a distancia y los lugares alternativos.

– La oficina late al ritmo de quienes la habitan. Más que un espacio, la oficina de hoy es el corazón del intercambio creativo y del aprendizaje colectivo.

– La oficina tiene que evolucionar hasta convertirse en un verdadero núcleo de encuentro para la comunidad de la empresa.

– El espacio tiene que estar diseñado para ser un epicentro de vivencias que refleje la marca y los valores de la compañía, es el espejo de la cultura de la empresa.

CARACTERÍSTICAS PARA CONSTRUIR COMUNIDAD

Las oficinas tienen que convertirse en lugares que inspiren y motiven. Cada empleado trae a la empresa un universo de experiencias y deseos que definen el espacio de trabajo ideal. La clave para las compañías es sumergirse en la mente colectiva de los colaboradores para descubrir qué componentes les encienden la chispa del compromiso y de la productividad. Esto implica diseñar oficinas no solo pensando en las necesidades funcionales, sino también en crear un hábitat que fomente la creatividad y la colaboración. La oficina del futuro (que ya es hoy) es la que responde a la pregunta fundamental: “¿por qué alguien abandonaría  la comodidad de su hogar para trabajar desde la oficina? Y esto es porque los espacios de trabajo brindan una experiencia única y atractiva, un plus que no tiene su casa. Para crear esta experiencia, las empresas tienen la oportunidad de incorporar más de 80 servicios para potenciar su entorno laboral, y los podemos agrupar en cuatro categorías:

· Colaboradores cuidados, colaboradores contentos: las salas de fitness, las opciones de comida saludable y los espacios confortables al aire libre encabezan las listas de las características más valoradas por los empleados que buscan en las oficinas bienestar y placer.

· Vida laboral y vida personal, más amigas que nunca: pasar a comprar algo a la salida del trabajo o tener a mano un cajero resuelven necesidades cotidianas de todo colaborador.

· Un lugar de crecimiento: las personas valoran capacitarse y asistir a eventos cuando están en la oficina, porque sienten que su tiempo multiplica su valor.

· Los beneficios de siempre, pero potenciados: el café o el estacionamiento gratuitos son solo dos ejemplos de una lista que busca cautivar a los empleados y facilitar su vida.

¿CÓMO IMPACTA EN EL MERCADO DE OFICINAS?

Para el mercado de inmuebles corporativos todo esto implica un cambio enorme porque ahora el foco está, más que nunca, puesto en las personas. Si los espacios de trabajo no abrazan la eficiencia y la sostenibilidad, si no están diseñados para enamorar a los empleados, corren el riesgo de convertirse en fantasmas del mercado.

En los últimos años, el mundo empresarial descubrió que las compañías con equipos más dinámicos y dedicados son las que dan libertad para elegir cómo y dónde trabajar. La clave está en alcanzar un equilibrio entre la autonomía y la colaboración: la productividad florece no solo en el silencio de las casas sino también en el intercambio y el aprendizaje mutuo entre compañeros que comparten un espacio y logran esa conexión que no se consigue a través de una pantalla.

Ahora más que nunca, la gestión del real estate corporativo ocupa un lugar prioritario en la agenda de las empresas. Las oficinas siguen siendo  esenciales, no solo como espacios físicos sino como centros de encuentro humano, y para esto deben adaptarse  con flexibilidad a las demandas de los nuevos tiempos.