Si bien años más tarde se propuso unificar la celebración a nivel global el 1° de octubre, coincidiendo con el Día Mundial del Hábitat, en nuestro país la fecha original fue mantenida por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA) como un reconocimiento al impacto histórico y cultural de la profesión.
Pese a su trayectoria e indiscutible función, luego de décadas y en la era del usuario hiperconectado, la arquitectura como disciplina se enfrenta a un debate profundo: “Si seguimos diseñando como en 1998, el mundo nos va a pasar por encima. El nuevo perfil de arquitecto tiene que dejar de jugar a ser artista omnipotente, porque si seguís proyectando desde el ego, el mercado te jubila”, explica Santiago Peña Fiorda, arquitecto, Co-Founder & Creative Director de Experiencia DOGMA, primer estudio de arquitectura y urbanismo media-driven con metodología research-driven de Argentina.
En palabras de Peña Fiorda, “el arquitecto ya no puede quedarse solo con saber diseñar. Tiene que ser mitad creativo, mitad estratega. Porque en un mundo lleno de estímulos y distracciones, nuestro producto no es que sabemos hacer espacios; nuestro producto es la atención”.
LA NUEVA ERA DEL ARQUITECTO DISEÑADOR DE EXPERIENCIAS
Durante décadas, la figura del arquitecto se posicionó como la de un artista-técnico: experto en estética y funcionalidad, guiado por la intuición, referencias del rubro y las demandas del cliente. Un perfil capaz de desarrollar anteproyectos, documentar obras y gestionar contratistas. Un profesional que entrega un plano, dirige una obra y luego da por terminado el trabajo. Su principal herramienta: una laptop cargada con software como AutoCAD, Revit o BIM. Su producto final: un edificio, una casa, un local. Un objeto.
Sin embargo, en el contexto actual —hiperconectado, competitivo y mediático— el conocido arquetipo de arquitecto resulta insuficiente. Hoy se exige que los arquitectos “integren investigación de usuario, comportamiento y tecnología al diseño” (ScienceDirect), y las redes sociales pueden modificar el rumbo de los proyectos, como aseguró Marc Kushner, cofundador de Architizer.
“En este nuevo escenario, el profesional ya no diseña solo un espacio físico, sino un recorrido sensorial, una experiencia de uso, una conexión duradera entre las personas y el entorno”, explica Santiago.
¿QUÉ HACE HOY UN DISEÑADOR DE EXPERIENCIAS?
*Analiza datos y tendencias antes de proyectar.
*Estudia perfiles de usuarios como si fueran planos.
*Piensa cada espacio como una marca con identidad propia.
*Integra estrategia, negocio y emoción en cada decisión.
*Amplifica ideas a través de contenido audiovisual.
*Diseña para el mundo físico, pero también para el digital.
Entonces, ¿qué habilidades o competencias nuevas tiene que tener hoy el arquitecto diseñador de experiencias? “Tiene que leer insights como lee un plano. Tiene que entender de marketing, negocios, audiencias, psicología del usuario y tener una cabeza nativa digital que comprenda que ya no basta con diseñar algo espectacular para el mundo físico: debe también tener llegada en el mundo digital”, explica Peña Fiorda. Porque hoy, la arquitectura no termina en una obra: empieza en la historia que esa obra es capaz de contar.